domingo, 24 de julio de 2022

Canción invisible

Cacarean sus alas quebradas como si volara, abriendo el pico y cerrándolo, expresivo, atento. Parece alegría el aleteo constante del frágil pajarillo, de un azul desgastado de soledad, que no puede emprender ningún vuelo. 

Juega ahora entre mis sonidos y los suyos, indescifrable y feliz lenguaje, inequívoco hasta en sus caídas y en la forma en que vuelve a levantarse para degustar la pequeña manzana. Se pasea confiado en mi mano y con su genio imprime una picotada inocente, para recordar que también él es imponente. 

Vigía en disimulo, yo cauto en la fugaz cercanía. Un baile de tímidas idas y venidas, entre semillas y caricias. De qué está hecha esta simbiosis, quién sabe. Pero no puede amanecer sin su danza, ni anochecer sin la mía. 

Así medimos los familiares tiempos, mientras suena una canción invisible que vuelve ligero el aire.

Partió cuando debía, leal. Y libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario